Alteraciones de la cobertura
Alteraciones y defectos de la cobertura cutánea y tejidos blandos
Como dijimos, lo primero que estudiamos de una nariz es la cobertura cutánea, no solo en cuanto a las características, sino también las posibles alteraciones tales como cicatrices, tumores, atrofia con telangiectasias, fibrosis subyacente que se manifiesta con ondulaciones o el conocido rinofima.
Al afrontar una rinoplastia debemos recordar que la nariz está constituida por una cobertura elástica y una estructura sólida de sostén, cuya modificación hace que la piel se adapte y refleje la arquitectura subyacente. Los cambios en la morfología nasal dependerán del grosor de la piel, del tejido celular subcutáneo y de los músculos, así como de su grado de retracción y la intensidad de la reacción cicatricial.
El grosor de la piel determinará la intensidad de la retracción cutánea y la facilidad de que se manifieste cualquier alteración o irregularidad de la estructura de sostén.
Cuando presentan una piel gruesa existe tendencia al edema persistente, fibrosis y a la formación de supratip. Éste puede ser ocasionado, también, por la presencia de un hematoma o por haber dejado espacio muerto. Por otra parte, la piel gruesa favorece la aparición de una retracción cutánea exagerada, la cual puede llegar a provocar deformidad de los cartílagos de la punta nasal si éstos son muy finos.
Si, por el contrario, la piel es fina es más fácil visualizar los defectos de las estructuras de sostén y encontrar adherencias de la piel al hueso o al cartílago. En estos casos es preferible evitar la utilización de injertos subcutáneos.
En los pacientes de edad puede aparecer, después de una rinoplastia, un exceso cutáneo o arrugas que, en casos extremos, deberemos proceder a su resección dejando una cicatriz horizontal poco visible en la parte superior del dorso.
La persistencia o no del tratamiento de la musculatura también puede ser causa de la disminución o pérdida del ángulo frontonasal (músculo próceres), de la inadecuada proyección de la punta (músculo nasalis y ligamento de Pitanguy) o de su escasa rotación (músculo depresor del septo).