LA RINOPLASTIA
La rinoplastia es una de las intervenciones más frecuentes en nuestro país y su objetivo principal es conseguir el mayor efecto armónico, no sólo de la nariz como estructura separada, sino de la nariz con respecto al resto de la cara. La nariz es una parte más de la cara y debe ser tratada simultáneamente con los defectos de las otras partes de la misma.
Según su carácter, la Rinoplastia puede ser Estética, Funcional, Reparadora o Reconstructora. Dentro de la Estética, tal como hemos comentado, puede ser de Disminución o Aumento, y según la forma de abordaje, Cerrada o Abierta.
Entendemos como Rinoplastia convencional aquella en la que no se realizan procedimientos añadidos cuya finalidad sea el reforzar la estructura nasal, en cuyo caso se denomina Rinoplastia Estructural. El término Rinoplastia Submucosa nos indica que el tratamiento del dorso cartilaginoso se ha realizado respetando la integridad de la mucosa. En la última década hemos asistido a una auténtica innovación en los conceptos y técnicas de la rinoplastia estética. Si en sus principios esta operación se basaba exclusivamente en métodos de reducción y desde los años setenta del siglo pasado se incorporaron las técnicas de aumento, hoy día, además, se hace hincapié en la preservación y el modelado de las estructuras anatómicas de la nariz.
Estos cambios en las técnicas quirúrgicas se basan en los conocimientos obtenidos en el tratamiento de las rinoplastias secundarias y en el estudio de las secuelas y estigmas observados a largo plazo en las narices operadas con las técnicas tradicionales. Complicaciones que pueden ser observadas más frecuentemente en pacientes cuyas narices presentan, antes de ser operadas, ciertas características, como el estrechamiento de la válvula cartilaginosa, la punta en bola o cuadrada (con los bordes laterales del lóbulo marcados en forma de paréntesis) o aquellas con una posición vertical de los cartílagos alares.