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Despegamiento

Una vez realizadas las incisiones, procederemos al despegamiento y esqueletización de las estructuras ósteocartilaginosas de la nariz, lo cual consiste en separar la piel y los tejidos blandos (grasa y músculos) del esqueleto sobre el que vamos a realizar el tratamiento.

La disección en las áreas que se encuentran sobre cartílagos, tanto de la punta como del dorso, se localiza en el plano suprapericóndrico e infra-perióstico, poniendo mucho cuidado en evitar desviarse de este plano para evitar irregularidades y alteraciones de la cicatrización. La extensión de la disección determina el grado de retracción de la piel, por eso será menor en narices pequeñas en las que no hay exceso de piel. Por el contrario, cuando sobra piel por ser una nariz grande, larga o caída, el despegamiento será más amplio. En una punta caída en la que queremos provocar una rotación superior importante también deberemos hacer un despegamiento amplio de manera que permita que la piel se reparta y retraiga adecuadamente en el postoperatorio. Lo mismo haremos en el caso de pieles gruesas.

Desde la incisión lateral (inter o transcartilaginosa) abordamos la cara superficial de los cartílagos triangulares y con un bisturí con hoja #15 o una tijera pequeña con punta fina los despegamos hasta al borde inferior de los huesos propios de la nariz, uniendo la disección de ambos lados.

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En el esqueleto óseo nasal la disección se realiza en el plano subperióstico, para lo cual empleamos el despegador de perostio de Joseph. Este es un punto controvertido, pues se alega la dificultad de elevar el mismo. En realidad creo que no se consigue levantarlo, sino que lo que estamos haciendo es empujarlo superiormente hasta la sutura frontonasal (nasión). De todas formas, considero adecuado este procedimiento, ya que evita dañar el periostio con la raspa, lo cual podría ser causa de osteomas post-operatorios.

Lateralmente, la disección o empuje del periostio es mínima, sólo lo necesario para llevar a cabo la reducción de la altura del dorso nasal prevista.  Es importante una disección meticulosa para evitar las adherencias de la piel en el hueso del dorso nasal. Tampoco elevamos el periostio para la fractura lateral. Preferimos no despegar en esta zona (apófisis ascendentes de la maxila) puesto que nos sirve de sujeción a los fragmentos de la fractura.

En la rinoplastia abierta el despegamiento de la punta ha de ser especialmente cuidadoso para no dañar la delicada piel que cubre las crus medialis ni la continuidad de los cartílagos alares. En las rinoplastias secundarias puede llegar a ser extremadamente difícil por la presencia de tejido fibroso y disecciones previas irregulares. Una infiltración en el plano adecuado y abundante nos facilitará el despegamiento. azul

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